¿Cómo elijo la potencia de una bombilla LED?

La iluminación representa una parte importante de nuestro consumo energético diario, y elegir las bombillas adecuadas puede suponer una diferencia significativa en su factura de electricidad y en su confort visual. A medida que la tecnología evoluciona y las bombillas incandescentes tradicionales van desapareciendo, los LED se han erigido como la solución de iluminación del futuro. Sin embargo, muchas personas se sienten perdidas ante la variedad de opciones disponibles y se preguntan cómo elegir la potencia adecuada a sus necesidades. El cambio a las bombillas LED ha puesto patas arriba nuestros puntos de referencia habituales. Mientras que antes elegíamos nuestras bombillas en función de los vatios, esta unidad de medida ya no es el criterio principal para los LED. Esta confusión puede dar lugar a elecciones inadecuadas, resultando en una iluminación demasiado tenue o demasiado brillante para sus espacios vitales. En esta completa guía, desmitificaremos el mundo de las bombillas LED y le daremos todas las claves para elegir la potencia adecuada a sus necesidades específicas.


Contenido


Comprender las unidades de medida: vatios frente a lúmenes

La revolución Lumen

El primer paso para elegir la potencia adecuada para su bombilla LED es comprender la diferencia fundamental entre vatios y lúmenes. Los vatios miden el consumo eléctrico de una bombilla, mientras que los lúmenes miden la cantidad de luz realmente producida. Con las antiguas bombillas incandescentes, estos dos valores eran proporcionales, lo que simplificaba la elección: más vatios significaban más luz.Los LED han cambiado esta ecuación. Una bombilla LED de 10 vatios puede producir tanta luz como una bombilla incandescente de 60 vatios, consumiendo seis veces menos energía. Por eso ahora es esencial centrarse en los lúmenes a la hora de evaluar la potencia luminosa real de una bombilla LED. Por término medio, una bombilla LED produce entre 80 y 120 lúmenes por vatio, mientras que una bombilla incandescente produce sólo entre 10 y 17 lúmenes por vatio.

Tabla de correspondencia práctica

Para ayudarle a realizar la transición mental de las bombillas antiguas a las LED, aquí tiene una tabla de referencias cruzadas:
  • Bombilla incandescente 25W = LED 3-4W = aprox. 250 lúmenes
  • Bombilla incandescente 40W = LED 5-6W = aprox. 470 lúmenes
  • Bombilla incandescente de 60W = LED de 8-10W = aprox. 800 lúmenes
  • Bombilla incandescente 75W = LED 10-13W = aprox. 1100 lúmenes
  • Bombilla incandescente 100W = LED 13-16W = aprox. 1600 lúmenes
Estas correspondencias le proporcionan una base sólida para sustituir sus antiguas bombillas por LED sin pérdida de luminosidad. Sin embargo, para una iluminación óptima, es importante tener en cuenta otros factores, que veremos más adelante en este artículo.

Calcule sus necesidades de iluminación para cada habitación

El concepto de flujo luminoso recomendado

Cada habitación de su casa tiene unas necesidades de iluminación específicas, según su función, tamaño y color de las paredes. Para determinar la potencia necesaria, los profesionales utilizan una unidad llamada lux, que corresponde al número de lúmenes por metro cuadrado. Este enfoque le permite calcular sus necesidades precisas multiplicando la superficie de su habitación por el número de lux recomendado.Las normas de iluminación varían en función del uso de cada espacio. Un salón necesita generalmente entre 100 y 150 lux para crear un ambiente acogedor y cálido. Una cocina, donde necesita ver con claridad para preparar sus comidas, requiere de 300 a 500 lux. Las oficinas y los espacios de trabajo requieren de 400 a 500 lux para evitar la fatiga visual, mientras que un cuarto de baño requiere de 200 a 300 lux, con una iluminación más intensa cerca del espejo.

Cálculo práctico para cada espacio

Para un salón de 20 m², con un objetivo de 150 lux, necesitará un total de 3000 lúmenes. Si utiliza una lámpara de techo central, elija una bombilla o luminaria de 3000 lúmenes. Si prefiere distribuir la iluminación con varias fuentes, divida este total: por ejemplo, tres lámparas de 1000 lúmenes cada una o cinco lámparas de 600 lúmenes.Para una cocina de 15 m² que requiere 400 lux, el cálculo da 6000 lúmenes. Sin embargo, a menudo es preferible combinar la iluminación general del techo con focos orientables sobre las superficies de trabajo. Podría instalar una lámpara de techo de 3000 lúmenes para la iluminación ambiental y añadir focos LED de 500 a 800 lúmenes sobre las zonas de preparación.Un dormitorio de 12 m² necesita entre 1200 y 1800 lúmenes para una iluminación general confortable. Sin embargo, debería optar por varias fuentes de luz regulables: una lámpara de techo de 1000 lúmenes para la iluminación general, complementada con lámparas de cabecera de 300 a 400 lúmenes cada una para la lectura.

Los diferentes tipos de iluminación y sus necesidades específicas

Iluminación general o ambiental

La iluminación general es la principal fuente de luz de una habitación. Debe ser lo suficientemente potente como para permitirle moverse con seguridad y realizar las actividades cotidianas sin ningún esfuerzo visual. Para una sala de estar estándar de 20 a 25 m², se recomienda una iluminación general de 2500 a 3500 lúmenes. Puede optar por un plafón central con una potente bombilla LED o por varios focos empotrados que distribuyan la luz uniformemente.En las zonas diáfanas, como las cocinas americanas, la iluminación general debe ser más importante debido a la superficie cubierta y a las variadas actividades que tienen lugar en ellas. Elija soluciones modulares con reguladores de intensidad, para poder adaptar la luminosidad a la hora del día y al ambiente que desee.

Iluminación funcional o de acento

La iluminación funcional satisface las necesidades específicas de las zonas en las que se realizan tareas que requieren una buena visibilidad. En una cocina, los focos situados bajo los muebles altos que iluminan la encimera deben proporcionar entre 500 y 800 lúmenes por metro lineal. Para un escritorio o una zona de lectura, una lámpara de escritorio debería producir entre 400 y 800 lúmenes, dependiendo de si está trabajando con un ordenador o leyendo documentos en papel.En el cuarto de baño, la iluminación alrededor del espejo es crucial para el cuidado diario y el maquillaje. Prevea entre 800 y 1200 lúmenes distribuidos a ambos lados del espejo para evitar sombras antiestéticas. Los apliques con bombillas LED de 400 a 600 lúmenes cada uno son una solución ideal.

Iluminación de acento y decorativa

La iluminación de acento resalta elementos arquitectónicos, obras de arte o crea una atmósfera especial. Para estas aplicaciones, la potencia luminosa puede ser más moderada, generalmente entre 200 y 500 lúmenes por fuente. Las tiras de luz LED, muy populares para la iluminación indirecta, ofrecen una notable flexibilidad, con potencias que pueden ajustarse en función de la longitud instalada.Los focos ajustables para resaltar un cuadro o una estantería requieren entre 300 y 500 lúmenes. Lo importante aquí no es tanto la potencia como la dirección del haz y la temperatura del color, que deben elegirse en función del objeto o la zona que se desee resaltar.

Factores que influyen en la elección del vataje

Altura del techo

La altura de su techo influye directamente en la potencia necesaria para una iluminación eficaz. Cuanto más alto sea el techo, más lejos tendrá que viajar la luz antes de llegar a sus espacios vitales, y más se difundirá por todo el espacio. Para una altura estándar de 2,40 a 2,70 metros, se aplican las recomendaciones habituales. Sin embargo, para techos de 3 metros o más, deberá aumentar la potencia luminosa entre un 20 y un 30%.En una habitación con techo de catedral o entresuelo, la iluminación se convierte en un verdadero reto. Elija fuentes de luz más potentes, con bombillas LED de 1500 a 2000 lúmenes o más, o multiplique los puntos de luz. Las luminarias suspendidas regulables en altura pueden ser una solución elegante, que acerca la fuente de luz a las zonas de actividad.

Los colores y materiales de la habitación

La capacidad de las superficies circundantes para reflejar la luz desempeña un papel fundamental en la eficacia de su iluminación. Una habitación con paredes blancas o de color claro refleja hasta el 80% de la luz, lo que hace que el espacio sea naturalmente más luminoso. Por el contrario, las paredes oscuras o de colores brillantes absorben una gran proporción de la luz, por lo que requieren entre un 30 y un 50% más de potencia luminosa para conseguir el mismo efecto.Los materiales brillantes como azulejos, espejos o superficies lacadas aumentan el reflejo de la luz y pueden crear deslumbramientos si la iluminación es demasiado intensa. En estas zonas, elija bombillas con difusores y considere la posibilidad de utilizar reguladores para ajustar la intensidad. Los tejidos de madera, las alfombras y los muebles absorben más luz y requieren una iluminación más generosa.

Luz natural disponible

La exposición de sus habitaciones a la luz natural influye mucho en sus necesidades de iluminación artificial. Una habitación orientada al sur con grandes ventanas necesitará menos iluminación artificial durante el día que una habitación orientada al norte con ventanas pequeñas. Sin embargo, es importante proporcionar una iluminación suficiente para los periodos en los que haya falta de luz natural.En habitaciones con buena luz natural, puede optar por bombillas LED algo menos potentes para la iluminación general, compensándolo con una iluminación de acento específica para las zonas de trabajo. Los sensores y reguladores automáticos de luz son una solución moderna y rentable, que ajustan la intensidad de la luz en función de la cantidad de luz natural disponible.

La temperatura del color y su impacto

Comprender los Kelvin

Además de la potencia luminosa, la temperatura del color, medida en Kelvins, influye considerablemente en la atmósfera de una habitación y en su percepción de la luminosidad. Una luz cálida de 2700K a 3000K, con tendencia al amarillo anaranjado, crea un ambiente acogedor y relajante, ideal para zonas de descanso. Una luz neutra de 4000K a 4500K, cercana a la luz diurna, es adecuada para zonas de trabajo y cocinas. Una luz fría de 5500K a 6500K, con tendencia al azul, estimula la concentración y es adecuada para garajes o talleres.Paradójicamente, la luz fría puede parecer más intensa que la luz cálida de la misma potencia en lúmenes, porque nuestros ojos son más sensibles a los tonos azules. Para un dormitorio en el que desee relajarse, una bombilla blanca cálida de 800 lúmenes será más agradable que una bombilla blanca fría de la misma potencia, que podría parecer demasiado estimulante.

Adaptar la temperatura a cada habitación

En un salón, elija temperaturas entre 2700K y 3000K para crear un ambiente cálido propicio a la convivencia y la relajación. Esta luz cálida resalta los tonos de la madera y crea un ambiente acogedor. Sin embargo, puede utilizar una iluminación más neutra de 4000K para una zona de oficina integrada en el salón.Las cocinas y los cuartos de baño se benefician de una iluminación más neutra de 4000K, que ofrece una buena reproducción del color y suficiente claridad para realizar tareas precisas. En el cuarto de baño, una iluminación de 4000K a 4500K alrededor del espejo le permite maquillarse o afeitarse con una visión fiel de los colores.Las oficinas y los espacios de trabajo se iluminan mejor con temperaturas entre 4000K y 5000K, para favorecer la concentración y reducir la fatiga visual. Algunas bombillas LED modernas ofrecen incluso temperaturas de color ajustables, lo que le permite pasar de una luz cálida por la mañana a una luz más fría y estimulante por la tarde.

El ángulo de difusión y su importancia

Focos e iluminación direccional

El ángulo del haz, medido en grados, determina el área iluminada por su bombilla LED. Un foco con un ángulo estrecho de 25 a 40 grados enfoca la luz sobre una zona precisa, creando un haz de luz intenso. Estos focos son ideales para la iluminación de acento, resaltando un cuadro, una escultura o un elemento arquitectónico. Para conseguir el mismo resultado que con la iluminación difusa, debe elegir bombillas con un flujo luminoso superior.Un ángulo medio de 60 a 80 grados es adecuado para la iluminación funcional, como los focos de cocina sobre una superficie de trabajo o una lámpara de escritorio. La luz está suficientemente concentrada para iluminar eficazmente la zona de trabajo, al tiempo que ofrece cierto grado de difusión. Para una encimera de cocina, unos focos de 500 a 700 lúmenes con un ángulo de 60 grados espaciados cada 60 a 80 cm proporcionan una iluminación óptima.

Iluminación difusa y ambiental

Para la iluminación general de las habitaciones, elija bombillas con ángulos de haz amplios, de 100 a 360 grados. Estas bombillas distribuyen la luz uniformemente por toda la habitación, evitando las sombras. Las bombillas globo LED con difusión de 360 grados son especialmente eficaces en luminarias de techo o suspendidas, donde la luz debe propagarse en todas direcciones.Las tiras de luz LED suelen ofrecer un ángulo de 120 grados, ideal para la iluminación indirecta detrás de cornisas o debajo de muebles. Para calcular el número de lúmenes necesarios con la iluminación direccional, prevea alrededor de un 30% más de potencia que con la iluminación difusa, ya que parte de la luz se pierde fuera de la zona útil.

Índice de reproducción cromática (IRC)

¿Qué es el IRC y por qué es importante?

El índice de reproducción cromática, o IRC, mide la capacidad de una fuente de luz para reproducir fielmente los colores en relación con la luz natural. Este índice oscila entre 0 y 100, teniendo la luz natural un CRI de 100. Para un confort visual óptimo y una percepción realista de los colores, elija bombillas LED con un CRI de al menos 80.Un CRI alto es especialmente crucial en determinadas habitaciones. En la cocina, un IRC superior a 85 permite juzgar la frescura y el punto de cocción de los alimentos. En un vestidor o un dormitorio, un buen IRC garantiza que los colores de su ropa aparezcan fielmente. Para artistas, fotógrafos o cualquier actividad que requiera una percepción precisa del color, busque LED con un CRI superior a 90 o incluso 95.

Bombillas LED variables y conectadas

Module la potencia para adaptarla a sus necesidades

Las bombillas LED variables ofrecen una flexibilidad notable, permitiéndole ajustar la intensidad de la luz según la hora del día y sus actividades. Un regulador de intensidad le permite reducir la potencia luminosa del 100% a alrededor del 10%, transformando una luz de 1000 lúmenes en una tenue luz de ambiente de 100 lúmenes. Esta característica es especialmente útil en dormitorios y salones.Sin embargo, no todos los LED son regulables. Compruebe que sus bombillas son compatibles con un regulador de intensidad antes de comprarlas. Los LED no regulables pueden funcionar mal, parpadear o tener una vida útil reducida si se conectan a un regulador de intensidad. Además, la potencia mínima del regulador debe ser compatible con el bajo consumo de los LED, generalmente inferior a 50 W en total.

LED conectados y sus ventajas

Las bombillas LED conectadas representan el futuro de la iluminación doméstica. Permiten no sólo ajustar la intensidad de la luz, sino a menudo también la temperatura del color, creando escenarios de iluminación personalizados. Puede programar una intensidad máxima de 1000 lúmenes en blanco frío por la mañana para despertarle, una luz neutra de 800 lúmenes para el día y una luz cálida tenue de 300 lúmenes para la noche.Estas bombillas pueden integrarse en sistemas domóticos y controlarse a distancia a través de un smartphone. Algunos modelos incluso se adaptan automáticamente a la luz ambiental o siguen su ritmo circadiano. Aunque su coste inicial es más elevado, ofrecen una flexibilidad inigualable y pueden sustituir a varios tipos de bombillas tradicionales.

Ahorro energético y vida útil

Retorno de la inversión en LED

Las bombillas LED son más caras de comprar que las bombillas tradicionales, pero su rentabilidad se hace evidente a largo plazo. Un LED de 10 W que produce 800 lúmenes consume 6 veces menos que una bombilla incandescente equivalente y 2 veces menos que un fluorescente compacto. Si se utiliza durante 3 horas al día, una LED le ahorrará entre 15 y 20 euros al año por bombilla en la factura de la luz.La excepcional vida útil de los LED es otra gran ventaja. Mientras que una bombilla incandescente dura unas 1.000 horas y una fluorescente compacta 8.000 horas, un LED de calidad funciona entre 15.000 y 50.000 horas. A 3 horas al día, eso representa entre 15 y 45 años de servicio. Sustituirá sus bombillas entre 10 y 50 veces menos a menudo, reduciendo no sólo sus costes sino también sus residuos.

Elija sabiamente para optimizar la vida útil

La calidad de fabricación influye directamente en la vida útil y el rendimiento de sus LED. Elija marcas reconocidas y compruebe la garantía ofrecida, que suele ser de 2 a 5 años para los LED de calidad. Un LED premium puede costar unos euros más, pero durará mucho más que un modelo básico.La gestión térmica es crucial para la longevidad de los LED. Evite instalar LED potentes en luminarias cerradas sin una ventilación adecuada, ya que el calor reducirá considerablemente su vida útil. Para estas aplicaciones, elija LED diseñados específicamente para espacios reducidos o modelos con una mejor disipación del calor.

Errores comunes que debe evitar

Subestimar las necesidades de iluminación

El error más común es elegir bombillas LED de potencia insuficiente, a menudo por razones de economía o confusión con referencias más antiguas. Una iluminación demasiado tenue es dura para los ojos y hace que los espacios parezcan poco acogedores. No dude en optar por una potencia ligeramente superior a las recomendaciones mínimas, aunque ello implique utilizar un regulador para ajustar la intensidad a sus necesidades.En espacios grandes, una única fuente de luz potente suele crear sombras antiestéticas. Es preferible distribuir varias fuentes de potencia media para garantizar una iluminación uniforme y confortable. Para un salón de 25 m², en lugar de una única lámpara de techo de 3000 lúmenes, considere la posibilidad de combinar una lámpara de techo de 1500 lúmenes y lámparas de pie o de pared adicionales.

Descuidar la consistencia de la temperatura del color

Mezclar diferentes temperaturas de color en la misma habitación crea un ambiente desagradable y poco armonioso. Si utiliza varios puntos de luz, asegúrese de que todos tienen la misma temperatura de color, con una aproximación de 500K. Esta coherencia es especialmente importante en los espacios abiertos en los que coexisten varias zonas.Del mismo modo, tenga cuidado con las diferencias de temperatura entre habitaciones adyacentes que puedan verse al mismo tiempo. Un pasillo en blanco cálido de 2700K y un salón en blanco neutro de 4000K crearán una transición brusca e incómoda. Asegúrese de que la temperatura de su casa sube de forma uniforme.

Olvídese de la escalabilidad de sus necesidades

Sus necesidades de iluminación pueden cambiar con el tiempo, dependiendo de los cambios en la distribución, la adición de muebles oscuros o un cambio en la función de una habitación. Favorezca las soluciones flexibles, como las luminarias que aceptan bombillas de diferentes potencias y los sistemas variables o conectados. Esta flexibilidad significa que no tendrá que cambiar toda su instalación cuando la actualice en el futuro.

Consejos prácticos para elegir bien

Elaboración de un plan de iluminación

Antes de comprar sus bombillas LED, tómese el tiempo necesario para crear un plan de iluminación completo para cada habitación. Identifique las diferentes zonas y sus funciones y calcule las necesidades de lumen de cada una. Tome nota de los tipos de luminarias existentes y de sus características (bases, formas aceptadas, compatibilidad con los reguladores de intensidad). Este trabajo preparatorio le ayudará a evitar compras inadecuadas y devoluciones frustrantes.Si es posible, visite una sala de exposiciones de iluminación donde pueda ver y comparar diferentes potencias y temperaturas de color en condiciones reales. Las imágenes y descripciones en línea no siempre hacen justicia a los matices de la luz, y no hay nada como la experiencia de primera mano para ayudarle a tomar la decisión correcta.

Probar antes de generalizar

Cuando sustituya la iluminación de una habitación, empiece comprando una o dos bombillas para probarlas antes de instalarlas en toda la casa. Viva con esta iluminación durante unos días, a diferentes horas del día, para ver si la potencia y la temperatura de color son adecuadas para usted. Este enfoque gradual le permite ajustar sus opciones sin una inversión excesiva.Conserve sus facturas y embalajes durante el periodo de retirada o de garantía. Si la iluminación no le convence, puede cambiar las bombillas por modelos más adecuados. Los minoristas especializados en iluminación suelen ser más flexibles a la hora de comerciar que las grandes superficies.

Centrarse en la calidad y la certificación

Busque certificaciones de calidad como la etiqueta Energy Star, las normas CE o las certificaciones energéticas A+ y A++. Estas etiquetas garantizan que el rendimiento anunciado es real y que la bombilla ha sido sometida a rigurosas pruebas. Tenga cuidado con los LED muy baratos que prometen un rendimiento excepcional, ya que a menudo decepcionan en términos de reproducción cromática, vida útil y estabilidad de la luz.Lea las opiniones de los usuarios antes de comprar, especialmente en el caso de las marcas menos conocidas. Los comentarios le informarán sobre la durabilidad real, la consistencia de la temperatura de color anunciada y cualquier problema como zumbidos o parpadeos.

Casos prácticos: ejemplos de trazados completos

Iluminación para un salón de 25 m²

Para un salón de 25 m² con paredes claras y una altura de techo estándar, apunte a un total de entre 3000 y 3750 lúmenes. Opte por una iluminación estratificada que combine varias fuentes. Un plafón central con una bombilla LED de 1500 lúmenes en blanco cálido 2700K proporciona la iluminación general. Añada dos lámparas de pie esquineras con bombillas de 800 lúmenes cada una para la iluminación ambiental y la lectura.Para resaltar su estantería o su televisor, instale una tira de LED de 500 lúmenes para una iluminación indirecta. Si tiene una zona de oficina en el salón, añada una lámpara de escritorio de 600 lúmenes en blanco neutro 4000K con cuello de cisne ajustable. Juntos crean un sistema de iluminación cómodo y ajustable, con un total de 4200 lúmenes que pueden ajustarse para adaptarse a sus actividades.

Iluminación para una cocina de 12 m²

Una cocina de 12 m² requiere entre 4800 y 6000 lúmenes para una iluminación óptima. Divida esta potencia entre iluminación general y funcional. Instale una lámpara de techo o focos empotrables en el techo de 2500 a 3000 lúmenes en blanco neutro 4000K, que proporcionen suficiente luminosidad para el tráfico y las tareas generales.Añada tiras de LED bajo los muebles altos, con un total de 2.000 a 2.500 lúmenes distribuidos a lo largo de las superficies de trabajo. Esta iluminación dirigida elimina las sombras proyectadas y proporciona una visibilidad perfecta para la preparación de alimentos. Si tiene una isla central, las lámparas colgantes decorativas con bombillas de 500 a 800 lúmenes cada una proporcionan un complemento armonioso a la iluminación y crean un punto focal estético.

Iluminación para un dormitorio de 15 m²

Para un dormitorio de 15 m², opte por la modulación y la suavidad. Un plafón central con una bombilla LED variable de 1200 a 1500 lúmenes en blanco cálido 2700K proporciona la iluminación general que necesita para asearse y vestirse. Utilice un regulador de intensidad para reducir la intensidad por la noche, creando una atmósfera relajante propicia para el sueño.Las lámparas de cabecera proporcionan una iluminación funcional para la lectura. Elija bombillas de 400 a 500 lúmenes cada una, también en blanco cálido de 2700K. Si su dormitorio incluye un vestidor, añada una iluminación específica de 800 a 1000 lúmenes en blanco neutro 4000K para distinguir correctamente los colores de la ropa. La iluminación LED regulable en la cabecera de la cama puede ser un gran sustituto de las tradicionales lámparas de cabecera.

Conclusión

Elegir la potencia de una bombilla LED ya no es una simple cuestión de convertir vatios. Es una decisión muy meditada, que tiene en cuenta los lúmenes necesarios, la temperatura de color deseada, el ángulo de haz adecuado y las características específicas de cada habitación. Dominando estos conceptos y aplicando las recomendaciones de esta guía, podrá crear una iluminación óptima que mejore el confort visual, realce sus espacios vitales y reduzca significativamente el consumo de energía.Los LED son una inversión inteligente para su hogar. Su excepcional eficiencia energética, su notable longevidad y su creciente flexibilidad con modelos conectados las convierten en la solución de iluminación del presente y del futuro. Tómese el tiempo necesario para planificar cuidadosamente su iluminación, no dude en probar diferentes opciones y, a la hora de comprar, elija siempre la calidad por encima del precio.Una buena iluminación transforma la atmósfera de un lugar e influye directamente en su bienestar diario. Al elegir la potencia adecuada para sus bombillas LED, estará invirtiendo en su comodidad, su salud visual y la mejora de su hogar. Tanto si planea una renovación completa como si se limita a sustituir algunas bombillas, los principios expuestos en esta guía le ayudarán a tomar decisiones sostenibles con conocimiento de causa.
Nuestro equipo de redactores ha sido seleccionado para ofrecerle artículos de calidad que le ayuden a realizar sus proyectos. La información se comprueba sistemáticamente y citamos nuestras referencias para que pueda estar seguro de nuestra calidad editorial.

Categorías de productos

La tienda domeashop ofrece categorías de productos relacionadas con este artículo para proporcionarle más información sobre el producto o productos que busca. No dude en ponerse en contacto con nosotros para que le asesoremos nuestros especialistas.


Preguntas más frecuentes

La tienda domeashop le ofrece una lista de preguntas y respuestas correspondientes a las preguntas más frecuentes relacionadas con el tema y los productos tratados en este artículo. Si no encuentra la respuesta a su pregunta, póngase en contacto con nosotros y nuestros especialistas estarán encantados de responderle.

Para sustituir una bombilla incandescente de 60 W, necesita un LED que produzca unos 800 lúmenes. En términos de consumo de energía, esto corresponde generalmente a un LED de 8 a 10 vatios. Esta conversión le permite mantener el mismo nivel de iluminación al tiempo que reduce su consumo eléctrico entre un 80 y un 85%. Compruebe siempre los lúmenes en el envase en lugar de los vatios para asegurarse de una luminosidad equivalente.

Puede utilizar un LED con una potencia en lúmenes superior a la de la bombilla original, ya que los LED producen muy poco calor. No obstante, compruebe siempre la potencia máxima indicada en la luminaria. Un LED de 15 vatios que produzca 1600 lúmenes puede sustituir a una incandescente de 100 vatios en una luminaria marcada como "máx. 60W", porque su consumo sigue siendo inferior. Sólo tiene que asegurarse de que la bombilla se ajusta físicamente a la luminaria y de que la luminosidad no es excesiva para el uso previsto.

El blanco cálido (2700-3000K) produce una luz que tiende al amarillo anaranjado, creando una atmósfera acogedora y relajante, ideal para salones y dormitorios. El blanco neutro (4000-4500K) se asemeja a la luz diurna y es ideal para cocinas, baños y oficinas en los que se necesita una buena visibilidad. El blanco frío (5500-6500K) tiene un tinte azulado, que proporciona una luz estimulante para garajes, talleres y zonas de trabajo donde se requiere la máxima concentración.

Para una cocina de 10 m², apunte a un total de 4000 a 5000 lúmenes. Si utiliza focos empotrados en el techo, necesitará de 4 a 6 focos, cada uno de 700 a 800 lúmenes, repartidos uniformemente por la habitación. Añada tiras de LED bajo los muebles altos para una iluminación funcional de las encimeras, con unos 150 a 200 lúmenes por metro lineal. Esta combinación proporciona una iluminación general confortable y una iluminación de trabajo eficaz sin sombras.

Sí, los LED regulables consumen menos electricidad cuando se reduce su intensidad luminosa. A diferencia de las antiguas bombillas incandescentes con regulador de intensidad, en las que el ahorro era mínimo, los LED ajustan realmente su consumo en proporción a la intensidad. Si reduce un LED de 10W al 50% de su luminosidad, consumirá alrededor de 5W. Esta característica convierte a los LED regulables en una solución muy económica para adaptar la iluminación a sus necesidades reales.

El índice de reproducción cromática (IRC) mide la capacidad de una bombilla para reproducir fielmente los colores en relación con la luz natural, en una escala de 0 a 100. Un CRI elevado (superior a 80) es crucial para una correcta percepción del color en cocinas, vestidores, baños y espacios de trabajo creativo. Los LED de gama baja suelen tener un CRI de 70-75, lo que proporciona una reproducción cromática apagada o distorsionada. Elija LED con un CRI superior a 80, o incluso superior a 90 para aplicaciones exigentes como el arte o la fotografía.

Para un cuarto de baño, los requisitos varían según la zona. La iluminación general del techo requiere alrededor de 200 a 300 lúmenes por m², es decir, de 2000 a 3000 lúmenes para un cuarto de baño de 10 m². La iluminación del espejo es crucial: prevea de 800 a 1200 lúmenes distribuidos a cada lado del espejo para evitar sombras en el rostro. Elija un blanco neutro de 4000K para una buena reproducción del color, lo que es especialmente importante para el maquillaje. Se recomienda un grado de protección mínimo IP44 para soportar la humedad.

En efecto, los LED de calidad pierden muy poca luminosidad con el paso del tiempo, pero en mucha menor medida que otras tecnologías. Se estima que tras el 50% de su vida útil, los LED conservan todavía alrededor del 70% de su luminosidad inicial. Este deterioro es tan gradual que sigue siendo imperceptible en el día a día. Para mantener una iluminación óptima, tenga en cuenta este factor a la hora de hacer su elección inicial y no dude en optar por una potencia en vatios ligeramente superior al mínimo estrictamente recomendado, sobre todo para las luminarias que piense conservar durante mucho tiempo.

Absolutamente. La altura del techo influye considerablemente en la elección de la potencia. Para un techo estándar de 2,40 a 2,70 metros, siga las recomendaciones habituales. Para techos de 3 metros o más, aumente la potencia luminosa entre un 20 y un 30%. En un salón con un techo de 3,5 metros, pase de 3000 a 3900 lúmenes como mínimo. También son preferibles los ángulos de haz amplios (120° o más) para una mejor distribución de la luz. Las luminarias suspendidas regulables en altura son una solución excelente, ya que acercan la fuente de luz a las zonas de actividad.

Sí, mezclar diferentes potencias en la misma habitación no sólo es posible, sino que se recomienda para crear una iluminación por capas eficaz. Lo importante es mantener una temperatura de color constante (dentro de los 500K) para lograr un ambiente armonioso. Puede combinar una potente iluminación general de techo (1500-2000 lúmenes) con una iluminación de acento más moderada (400-800 lúmenes) para leer o trabajar, y una tenue iluminación de ambiente (200-300 lúmenes) para crear la atmósfera adecuada. Este enfoque ofrece la máxima flexibilidad y un confort visual óptimo para adaptarse a sus actividades.